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agosto 06, 2011

Centros cerebrales de la anhedonia en la Esquizofrenia

Los últimos estudios realizados en pacientes con esquizofrenia a los que se le realizaron Tomografía por emisión de positrones (PET) y Resonancia magnética (RM) midiendo la respuesta de placer o displacer a olores agradables y desagradables revelaron por primera vez la conexión entre específicas alteraciones en el funcionamiento cerebral y la dificultad subjetiva de reaccionar emocionalmente ante olores en la esquizofrenia.

Ya desde la primera descripción clínica de la esquizofrenia siempre ha existido un interés médico en investigar y describir las bases biológicas cerebrales que sustentan la sintomatología clínica de la esquizofrenia.

Se han estudiado en forma completa con técnicas de neuroimagen cerebral los circuitos cerebrales implicados en la anhedonia (la incapacidad que los individuos que padecen la enfermedad tienen para experimentar placer y expresar emociones), disfrutar de estímulos agradables y evitar aquellos desagradables o peligrosos es una de las más básicas motivaciones del ser humano.

El olfato en combinación con instintos humanos muy básicos como el apetito y los deseos sexuales, juega un importante papel en la supervivencia y en la normal adaptación del ser humano en la sociedad.

Se analizó y comparó los patrones de flujo sanguíneo cerebral durante la reacción emocional a un olor agradable (vainilla) y otro desagradable (ácido) en un grupo de 18 personas con esquizofrenia y otro grupo de 16 voluntarios sanos. Entre los resultados del trabajo destaca:

A- Que las personas con esquizofrenia son capaces de experimentar emocionalmente de los olores desagradables de forma similar a las personas sanas. Pero no conseguían reconocer los olores agradables.

B- Las personas sanas utilizan mayoritariamente la parte del cerebro más primitiva, conocida como sístema límbico (núcleo accumbens, insula, hipocampo, área septal, corteza orbitaria posterior), para reconocer los olores desagradables/aversivos y regiones cerebrales filogenéticamente más avanzadas de dicho cerebro (lóbulo frontal) para experimentar los estimulos placenteros.

C- El cerebro de las personas con esquizofrenia funciona de forma radicalmente distinta, puesto que emplean regiones del lóbulo frontal para identificar los olores desagradables. Así, los pacientes con esquizofrenia utilizan las regiones frontales para poder experimentar los aromas desagradables (mas relacionados con el instinto de supervivencia en nuestra especie). Es interesante observar como la falta de reacción emocional a estímulos agradables (anhedonia) se asociaba con una falta de activación de áreas frontales en los pacientes. (dichas zonas corresponden al cíngulo anterior,corteza frontal interna y al área septal)

Nace a partir de aqui la teoría de un ¨secuestro¨ funcional del lóbulo frontal para asegurar el reconocimiento de estimulos desagrables, lo puede motivar una falta de activación para reconocer estímulos placenteros y por lo tanto justificaría la incapacidad la experimentar placer. Este cambio en las regiones cerebrales en el normal reconocimiento de estímulos desagradables puede generar en los pacientes un estado de hipervigilancia que podría dar lugar a la aparición de síntomas de desconfianza y recelo.

La activación de las regiones frontales funcionalmente inespecíficas para la evaluación los estímulos aversivos provocaría el desarrollo de dicho estado paranoide. Consistentemente con esta hipótesis, los pacientes con una mayor severidad de sintomatología psicótica presentaban una mayor capacidad para reconocer los estímulos desagradables. Sin ninguna duda, se afirmaque el avance en el conocimiento de las bases biológicas de la esquizofrenia se mueve hoy en día dentro de las agitadas y rápidas aguas de la investigación en neurociencia. Los hallazgos obtenidos mediante las técnicas de neuroimagen constituyen un puente entre la clínica y el funcionamiento cerebral e incitan a los investigadores a postular nuevas hipótesis que, probadas experimentalmente, nos acerquen al conocimiento de los mecanismos fisiopatológicos que intervienen en la génesis de la esquizofrenia. En su tiempo, todo avance en este campo contribuirá a mejorar los recursos terapéuticos y en consecuencia aumentará la calidad de vida de las personas con enfermedades mentales.

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